Pensando el término “arte contemporáneo”



Rodrigo Fló, 11 de enero de 2017

...el nuevo vecino llegó sonriente y se presentó: “soy su nuevo vecino contemporáneo”. Estrechamos nuestras manos y dije con tono interrogante: “contemporáneo”... el movió la cabeza afirmativamente: “sí vivo en esta época, por lo cual soy vecino contemporáneo”...

El encuentro con mi nuevo vecino y su curiosa postura, me generó una serie de incomodas reflexiones, que se complicaron todavía mas cuando conocí a una segunda persona.
Mateo, se presentó como artista contemporáneo, le pregunté que hacía, me respondió: “pinto”. Le pregunté porque razón se decía artista contemporáneo, me respondió que lo decía por ser un artista que vivía en esta época.

Quizás lo que Mateo quiso decir es “estoy vivo”... porque un pintor no es un “artista contemporáneo”, un artista contemporáneo es otra cosa.

Lo que se llama “arte contemporáneo”, es una forma de “hacer arte”, donde por definición (definición de la indefinición) se abarca la totalidad de los objetos, las situaciones los conceptos, etc., todo lo existente puede ser definido como hecho artístico, o sea se abarca el absoluto.
Tal enunciado deja poco espacio para el pensamiento y transforma el tema en un acto de fe: “acepto desde mi fe que el absoluto puede ser arte (arte contemporáneo) y para que esto suceda, debe estar ubicado en el lugar social que esta cultura construyo, durante lo últimos inmediatos años, para su existencia”.

Pero Mateo quería vivir y solo le quedó la opción de decir... “¡soy artista contemporáneo, luego existo!”

Quizás un artista para estar vivo en esta época, para poder existir debe ser un “artista contemporáneo”, lo cual, de ser así, nos deja una sensación de velada acción de poder, de ejercicio de la negación o aprobación social de la posibilidad de existir.
Por otra parte, si nos atenemos al significado estricto del termino arte contemporáneo, esto es valido, ya que quien no hace arte contemporáneo no pertenece a su tiempo, por lo tanto no existe en la dimensión temporal.
Pero al llegar a este punto no tuve mas remedio que decir “aquí está pasando algo extraño”, no podía aceptar que los artistas que conocía, valoraba y que no hacían “arte contemporáneo”... no existieran en la dimensión temporal!

Nos está pasando algo... algo que no debería pasar con el lenguaje.

Evidentemente “arte contemporáneo” quiere decir algo diferente a arte contemporáneo, pero por alguna razón esos significados diferentes se confunden sistemáticamente en las definiciones que se proponen a nivel de los medios de comunicación y también en los escritos mas técnicos, o que pretenden ser mas técnicos y hablan sobre arte.
Se define “arte contemporáneo” como el arte de esta época, cuando en realidad el termino se está refiriendo a una determinada categoría de fenómenos que se dan en el espacio social donde se establecen las practicas artísticas. Categoría de fenómenos que incluye los distintos roles de los actores de ese particular mundo humano: productores, curadores, críticos, publico, etc., y al fundamental integrante generador-ordenador, el dinero, ya que detrás del gran telón del “arte contemporáneo” pasan grandes cosas con el dinero.
Este mundo social y del dinero es mucho mas importante en el “arte contemporáneo” que los productos en si mismos, que pueden prácticamente no existir.
El “arte contemporáneo” es en apariencia conceptual, se dice que lo que importa es la idea, pero en todo caso es un arte conceptual que perdió su origen, para transformarse en un conceptualismo ornamental, donde importa mas el efecto transgresor o el montaje y la ceremonia social que la idea en si. Un conceptualismo de mercado que repite formulas generando habito y forma hegemónica.

A esta altura del planteo, debo aceptar que hay una apropiación en el campo del lenguaje del termino arte contemporáneo, una apropiación tan fuerte, que confunde una utilización particular del termino que se da cuando está definiendo una práctica económico-social, con su definición mas amplia que significa “arte de esta época”.
Esta apropiación construye un espacio totalizador y excluyente, es una forma de apropiación típica de la publicidad, que ocurre cuando se toma una palabra y se la asocia a un producto, vaciando a la palabra de gran parte de su sentido original, en base a la omnipresencia mediática publicitaria con la cual se sobreimprime un nuevo significado comercial.
Una vía posible para a hacer mas fácil la interpretación de estos dos significados, es la utilización de una forma caracterizada para el término “arte contemporáneo” cuando significa refiriéndose a la practica social-artística de mercado y no significa “arte de nuestra época” y que mejor forma de hacerlo que utilizar el tradicional signo de marca registrada, que ampara y distingue a las marcas comerciales:
arte contemporáneo®
artista contemporáneo®

* Las formas arte contemporáneo® y artista contemporáneo® no pretenden ser marcas registradas, a pesar de incorporar el signo ®, son imágenes-concepto que buscan definir un determinado significado.